Acompañados por un guía recorreremos la hermosa bahía de La Concha y te contaremos historias curiosas que muy pocos conocen.
Si el tiempo lo permite, daremos la vuelta a la isla y notaremos el oleaje que subirá y bajará detrás de los acantilados de la isla. Siempre sorprende el contraste entre este carácter hostil y la bondad del refinado Donostia.
Finalizaremos el recorrido visitando la Isla Santa Clara. Es uno de los reductos casi vírgenes de la ciudad. Al ser sólo accesible en barco, no vive nadie allí. Su pequeña playa se llena de gente los días más soleados pero permanece desierta en cuanto el cielo se nubla. El animado chiringuito del muelle nos ofrece la posibilidad de tomar un refrigerio antes de regresar a la playa.